Con la llegada de la Navidad las mesas familiares visten sus mejores galas y ofrecen a todos los comensales productos de alto valor nutricional y mucho prestigio. Entre ellos no puede faltar un buen jamón ibérico.
Crema de calabaza con crujiente de jamón
Las cremas y sopas de verduras son otro clásico para la época invernal. Además, en las comidas navideñas donde hay tantos atracones, estas opciones son una solución digestiva que va a nutrir el organismo e incluso puede servir como defensa frente a la resaca.
Para esta crema vamos a necesitar calabaza, puerro, patatas, aceite de oliva, caldo de verdura, nata para cocinar, sal, pimienta, nuez moscada, cebollino y jamón ibérico.
La elaboración se inicia pelando, lavando y cortando las verduras en trozos pequeños. En una olla con fuego caliente añadimos un poco de aceite de oliva y las verduras, para que sofrían un poco. Cuando estén rehogadas (ojo, cada verdura necesita un tiempo de cocción), en cuestión de 10 minutos, vertemos el caldo y la nata, hasta que la verdura quede bien hecha. En ese punto añadimos sal, pimienta y nuez moscada, removemos y comprobamos el punto de sabor.
El punto final es triturar con una batidora y añadir el crujiente de jamón, que habremos obtenido al meter las lonchas en el horno, sobre una bandeja con papel vegetal, unos 10 minutos a 180 grados centígrados.
Las cantidades de nata y caldo de verdura habituales son en torno a 200 ml de nata y 400 ml de caldo de verdura. Este último puede ser casero o bien industrial.
Endibias braseadas con jamón
Una última receta, también muy sencilla y sorprendente, son estas endibias braseadas. Esta verdura se puede consumir de temporada desde otoño hasta inicio de verano, así que cumple con esa idea de productos estacionales y de cercanía.
Para este plato necesitamos cuatro endibias gruesas, 80 gramos de caldo de pollo o de jamón, 50 gramos de queso curado al gusto, unas nueces, aceite de oliva y sal, aunque esta es opcional.
Las endibias hay que lavarlas y secarlas bien, cortando previamente la base y retirando las hojas externas. En una sartén se calienta un poco de aceite de oliva para marcar las verduras vuelta y vuelta, que queden doradas pero firmes, con aspecto homogéneo. La sal es opcional porque el caldo ya aporta sabor, así como el jamón.
Cuando estén en ese punto, se añade el caldo y esperamos que rompa a hervir para entonces bajar el fuego y seguir con la cocción por diez minutos. Las endibias hay que voltearlas repetidamente hasta que queden tiernas pero con el corazón un poco crujiente.
Cuando se consume el caldo, se añaden las nueces que absorberán los jugos del braseado. Sin retirar de la sartén, se coloca una loncha de jamón ibérico sobre cada endibia y el propio calor residual hará que se fije a la verdura. Finalmente, reparte unas lascas de queso sobre cada ración.
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